El espacio en su máxima expresión

La incertidumbre de lo incierto

Qué difícil es escribir cuando te atrapa lo incierto, lo extraño, la incertidumbre, que es más fuerte que un pensamiento normal.

Tomás Malio

No me lo cuentes esta película que ya la ví

Quién hubiese pensado que en el 2020 íbamos a tener una enfermedad en el mundo, que se convirtió en pandemia y que terminaría escribiendo la historia de la humanidad.

Antes que comenzara la pandemia, recuerdo una charla con mi familia, donde les comentaba que había que comprar alcohol en gel.
Qué iluso, nunca pensé en el papel higiénico.

La cantidad de películas que vemos, hablan de enfermedades y situaciones complicadas donde el mundo se acaba, y lo bueno es que duran entre 1 y 2 horas (3 ya sería Stars Wars).
Qué increíble que es pensar que algo es de película hasta que pasa. Veo películas muy a menudo, soy un gran fanático y hasta llegué a tener una colección de DVD’s bastante grande. En cada película fantasiosa que muestra alguna epidemia, guerra zombie, enfermedades, meteoritos, etc… pienso:

¿Cómo sería si pasara en la vida real?”

Cuando arrancó el COVID-19 me auto pregunté:

Estoy viviendo una parte de una de esas películas que pensé que pasaría si realmente sucede…

Sobreviviendo a nosotros mismos

Los primeros días de la cuarentena la adrenalina de saber que estábamos encerrados no nos dejaba pensar con claridad. Al poco tiempo de ya sentir el encierro, y la imposibilidad de salir libremente, se comenzó a percibir ese pensamiento de:

  • ¿Qué hago?
  • ¿Cuándo voy a poder saludar a alguien que no sea yo mismo?
  • ¿En qué momento va acabar esto?
  • ¿Cuánto tiempo realmente va a durar el encierro?

Automáticamente apareció el #ZoomAdict, un momento raro ya que mucha gente no sabía hacer llamadas digitales y de repente TOD@S saben hacerlo.

El equipo técnico de Zoom 😉

Días de llamadas una tras otra, ocupando un día completo hablando con personas del trabajo y con familiares. Días y días conversando digitalmente en donde muchas de las llamadas se realizaban sin objetivo 😡, sin una idea puntual y donde los primeros 15 minutos de las llamadas eran sobre el COVID-19 😷.

Tantas pantallas, tanta digitalización le dieron un aviso a mi cuerpo y el mismo me hizo un llamado de advertencia con un orzuelo que ocupó el 100% de mi ojo derecho, no permitiendo utilizarlo y generando una ansiedad por querer ver de nuevo.
En ese momento, decidí modificar las llamadas por reuniones objetivas, con una finalidad y no brainstorming constante 😉.
Cancelé aquellas reuniones sin una claridad de charla y busqué que cada llamada digital sea no más de 60 minutos.
Después de cada conversación busqué tener espacios de no menos de 30 minutos para poder descansar los oídos y vista, más allá de poder seguir trabajando en los temas puntuales que tiene uno.

En paralelo, comencé a ordenar diferentes tiempos para poder disfrutar del tiempo, qué ironía, algo perdido en esta vorágine de las personas y empresas de querer las cosas para ahora.

Acciones

Los proyectos se caen porque el mundo está en una guerra contra sí mismo, las empresas deciden no invertir y cuidar cada billete 💴 que sale de la compañía, las personas se empiezan a psicotizar porque nunca habían pensado que esto iba a pasar.

¿Qué?

Quedate en el sillón sentado, llorá lo máximo posible durante todo el día, esperá que pasen las horas, rezá para que alguien que no esté llorando invente la cura para esta locura, escuchá música depresiva, y pone en loop el tema de Johnny Cash — Hurt.

¿Para qué? ¿Por qué te vas a quedar así? ¿Cuál es el objetivo? ¿Ganás algo? Es claro que nadie quiere vivir así o los que lo quieran así claramente no les cambió nada esta pandemia. ¿Qué podemos hacer?

Cuando comenzó todo me planteé hacer los cursos y capacitaciones que quería. Empecé a estudiar portugués que hace años quería aprenderlo y por suerte encontré algunos minutos para poder hacerlo.
Además, me capacité y capacito en mejorar la calidad de enseñanza y aprendizaje académico.

¿Cómo?

Intento buscar momentos para poder capacitarme en diferentes cursos, pero estar haciendo tantas cosas al mismo tiempo no me permite tomar todos los que haría, pero considero que es un buen momento para aprovechar y hacerlos.
Hay muchos gratuitos así que les recomiendo que simplemente utilicen la herramienta Google 😆 para descubrir los que más se adecuan a ustedes.

¿Por qué?

Hay que usar la cabeza, es mejor hacer funcionar el cerebro y qué mejor que aprender cosas, mantenerse activo, actualizado, etc.
A su vez, como siempre digo cuando alguien me pregunta cómo estoy, doy gracias de que mi familia este bien, más allá de todos los recaudos que tenemos con mis padres porque son de ultra riesgo, somos afortunados por estar bien de salud.

La vida nos da sorpresas, hay que ponerle el pecho a las mismas y seguir para adelante de la mejor manera posible. No se queden loopeando sobre algo que no los va a llevar a ningún lado porque la vida parece larga, pero es más corta de lo que uno cree.

Manifestaciones

Después de días de estar encerrado, sin poder tener contacto con nadie más que conmigo mismo, empecé a detectar un patrón de enojo cuando tenía contacto con el exterior.
Lo llame MTA (Manifestación Temporal por Aislamiento), una sensación extraña porque al tener contacto con mis padres por una ventana tenía algunos enojos con situaciones que no tenían sentido alguno.
Más allá de querer proteger y cuidar, no podía entender cómo me enojaba o frustraba ciertas situaciones cuando tendría que ser el más positivo y feliz de poder estar conversando con ellos por la ventana.

Empecé a tomarme las cosas como son, todos estamos muy estresados (no solo es por trabajo) y comprendí que estamos viviendo una situación límite y tenemos que ponerle actitud para poder sobresalir juntos de la mejor manera posible.

Ya pasaron varios días desde que comenzó la pandemia, es complicado entender cuándo va a terminar y lo que va a dejar esto, pero hay que buscarle la vuelta por todos lados para poder relacionarse con nuestros familiares, amigos, trabajo, etc.
Es fundamental que podamos subsistir después de esto y no es simplemente por tener una salida, una comida en familia, una reunión laboral, etc.

No tomemos cualquier cosa para poder quejarnos o reclamar nuestros “derechos” porque nos puede jugar una mala pasada.
Seamos lógicos y objetivos con nuestros reclamos, buscando lo mejor para todos y no para unos pocos.

No te olvides de sonreír

Cierre

Este texto lo pensé yendo por la calle a hacerme unos estudios médicos, visualicé el Hospital Pirovano, donde montaron un hospital de campaña en la puerta. Me sentí literalmente en guerra.

Pensé en esto por ver y escuchar la cantidad de médicos que están arriesgando su vida por salvar personas, cobrando muy poca plata, teniendo muchísimos problemas por rechazo social y diferentes actitudes de la sociedad.

Escribí esto porque estamos constantemente quejándonos de todo, en todo momento, y creo que es cuestión de quejarnos menos y hacer más.

Agarra el teléfono (ni Zoom ni Hangout ni nada que tenga video llamada) 😉, teléfono normal. Llama a tus padres, hermanas/os, abuelos, etc, charla agradecido de tenerlos con vos ❤️

No responses yet

Write a response